martes, 9 de agosto de 2016

CAMINO



Vaya... no puedo creer. ¿te caíste?

No creas que me quedaré callada sin hacer algo al respecto. Sé que el tiempo y la sociedad pueden atarme de manos, pero ¿sabés algo? Te abrazaré y lo haré tantas veces tú quieras.

¿Estás herida?

No importa. Algo he de recordar de esos cursos de enfermería a los que el tío me obligó a asistir. Así que no te apures, ven. Aquí te cuidaré.

Deja de pensar en que los otros hayan comenzado a reír, que los otros empezarán a hablar, ¿acaso ellos te mantienen, te cuidan? No. Entonces, por qué preocuparte.

Eres hermosa, aún así con los raspones.

Ya te había advertido que algunos caminos tienen puertas con candado, y a pesar de que posean paisajes bellísimos, no siguen, pues son propiedad privada. Deja tú esos caminos, está esa vía turbia que por curiosidad tomaste, pues, ya ves... tenía trampas. Tenía baches que llegaban incluso hasta el infierno.

Pero, ¿a qué no te has dado cuenta de algo? 

¡ESTÁS AQUI! 

La vida ahora te puso en este camino. Y tú serás...

A pesar de los recuerdos que abrumen tu mente, a pesar de las lagunas, ¡Aún hay río en tu alma! y puedes navegar a tantos lugares como tú quieras. Porque libre eres...

Ya, seca esas lágrimas.

Anda, ve a ponerte los zapatos caminante.

Vete al camino.

Sin tacones, sin miedos, sin sombras.



TE AMO.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario