viernes, 7 de julio de 2017

Alarma.


Riiiiiiiiiiiiiiiiiiing....

Resultado de imagen para reloj despertador

Riiiiiiiiiiiiiiiiiiing....


Novalee despierta. No sabe qué pasó en los días anteriores.

Todo el cuerpo duele, ella va al baño y mira en su rostro fuertes contusiones.

No recuerda cosa alguna del día de ayer; entonces hace un intento por mirar atrás y recuerda algunos fragmentos:

Martes; cafetería. Risas, conversaciones.

(...)

¿Qué más?

Miércoles... nada.

Jueves, dolor.

Viernes: Pedro Lorna. Recuerda una conversación por teléfono. Recuerda haber visto su rostro entre sueños. pero; ¡es imposible! Después de tanto tiempo, no recuerda haberlo visto.


Novalee ha comenzado a llorar. Después, recuerda haber recibido algunas llamadas...

"Hola, buenas tardes. ¿Está la srita. Novalee Nava?

-¿Quién la busca?

"Hablo de parte de la agencia "Kayac". Es sobre el viaje que planeó rumbo al Medio Oriente.

-¿Qué necesita?-

"¿Señorita Novalee? Mire, le llamo para confirmarle los días en que su vuelo saldrá de viaje;  le recuerdo que será un vuelo pesado por lo que le pedimos que asista con ropa cómoda. 
El viaje iniciará en el aeropuerto del Bajío. Le confirmo que su viaje se realizará los primeros días sábado y domingo del mes de agosto; esto quiere decir el sábado 5 y domingo 6 de agosto; le pido de favor que llegue con 30 minutos de anticipación al andén donde, el avión que la llevará rumbo a la ciudad de México.
 Ya ahí, tomará el vuelo 522 en el andén 16. No olvide que nuestra agencia es totalmente confidencial, por lo que su información está segura..."-

-Perdón, pero no recuerdo haber realizado esa reservación, ni planear algo de un viaje. Cancele todo hasta que yo le llame de vuelta.-

-Señorita; le recuerdo que el pago lo realizó el miércoles pasado. Estuvimos platicando sobre los mejores hoteles en Arabia Saudita y también hablamos sobre su peregrinar hasta China, Taiwan y Singapur.-

-¡Eso es imposible señorita! A mi no me gustan esos países, ¿por qué habría de ir para allá? No esté jugando.... ¿Jaqueline? ¿Eres tú? Por favor, no me hagas estas bromas...-

-Señorita Novalee. Le pido atentamente que mire su historial de pagos en la tarjeta bancaria. Ahí podrá darse cuenta de todos los movimientos que hizo y aprobó: están registrados como "vuelos Kraken" la agencia con la que estamos vinculados, internacionalmente.
 Espero que disfrute el viaje; no olvide que para cualquier emergencia o necesidad, le podremos atender en la línea telefónica para que llame en caso de algún altercado.

-Pero señorita. ¡No sé de qué me está hablando! -

-Le recuerdo que hizo la reservación a su nombre y con el nombre de Diego Larios. Cualquier duda, le sugiero que le llame a su pareja para que él le recuerde todas las transacciones que ha hecho con nosotros.-

Novalee recordó el nombre; era compañero de un antiguo trabajo. Hace años que no lo veía... ¿Qué estaba pasando?


-Bueno; gracias señorita. De todas maneras, no autorice el viaje hasta que yo vuelva a marcarles. Mejor.... mejor deme la dirección de la agencia, quiero hablar directamente con ustedes.

-Señorita Novalee, le recordamos que su viaje se autorizó hace unos días y que para cancelar los trámites tiene que venir de inmediato para hablar con la directora.

-Sí, sí... está bien. Deme la dirección; voy de inmediato para allá.

Novalee anotó la información en una libretilla y colgó. 

Eso era lo que recordaba; o al menos cosa similar. 


La mujer decidió no divagar en sus recuerdos. Se vistió, y pudo notar en su mesita de noche el papelillo con la dirección de la agencia de viajes. Por lo que, lo guardó en su pantalón; luego, tomó su bolso y se dirigió a la puerta. Estaba a punto de salir cuando llegó un hombre con un desayuno en las manos.


 -"¡Novalee! ¿Qué haces vestida y afuera de cama? Te he traído este almuerzo para que repongas fuerzas. O, ¿será que ya te sientes bien?

-¿Quién eres? ¿por qué no te recuerdo? ¡Qué haces en mi casa! ¿Cómo abriste?-

-Amor... soy yo. Lucio. Tu Lucio Díaz. ¿Por qué dices que no te acuerdas de mí? -

Lucio dejó las cosas en la mesa de la cocina. Luego volvió con Novalee; miró su rostro:

-Por lo que veo, tus cicatrices van sanando. A ver... ¿cómo sigue ese moretón? - Comentó mientras miraba el hombro de Novalee.

Ella estaba desconcertada.


-¿Lucio? - Oye, mira tengo que salir para arreglar unos asuntos. ¿Te importa que salga por un momento y regrese en un par de horas?

-Pero Novalee... acabo de traer el desayuno. ¿Por qué no esperas y sales más tarde? Mira, llama a esos asuntos y diles que llegarás un poco tarde. -

-No tardo, voy a ir con... con Fer. Regreso pronto.-

-Entonces, ¿irás a pie, verdad? No veo la necesidad de que tomes el carro si vas tan cerca. Deja las llaves. Aquí te espero. -

-Es que me quedé de ver en un café cerca de su trabajo. Así que...

-Entonces vete pero luego de desayunar. Estoy seguro de que no regresarás... hasta que ya sea tarde.-

-No... en serio. Voy y vuelvo. Mira, tengo que ir por un vestido que me va a regresar, la tonta tiene el vestido en su oficina; por eso voy para...

-...pero yo no te he comprado un vestido nuevo, ¿cuál es?-

-Yo me compré uno. No lo he estrenado, pero a ella le urgía y se me hizo fácil prestárselo antes.-

-Uy... y con lo gorda que está; seguro que ya te lo rompió.

-No está gorda. ¿Cómo dices eso?-

-No... tienes razón; ahí la llevan. ¿Sabes quién si está flaquísima? Rubí. Ella tiene un cuerpazo que...-

-Bueno; ya, me voy. No tardo.

El hombre había terminado un café y una torta mientras estuvieron platicando. Así que dijo:


-No te apures, ya desayuné. Yo te llevo.-

-Pero, te la vives trabajando. ¿Estás seguro? - Interrumpió ella.

-¿Me estás reprochando? Mejor; en vez de poner esa cara larga; dame las llaves. Yo te llevo.-

-Pero; pero...-

Novalee no tuvo otra opción; así que accedió. Preguntó al hombre por su celular; quería llevarlo consigo.


-Está en el cajón de tu cómoda. Donde siempre lo dejas, ¿estás bien?-

-Sí, claro. Solo me distraje.-

En cuanto tomó su teléfono buscó en su agenda a Fer. Tenía varios contactos con nombre Fer:

-Fer (uñas).
-Fernando.
-Ma Fer.
-Fer Lorena.
-Fer (ofi).

De los cuales, dos eran hombres. Cuando recordó la forma en que había guardado a su amiga la localizó de inmediato. Ahora tenía otro problema... en el contacto aparecían dos números celulares, ¿cuál era?

Entonces Novalee decidió mandar el mismo mensaje a los dos números. Alguno tenía que ser. El mensaje era este:



"Hola Amiga, soy Nova. Le he dicho a Diego que nos vamos a ver en   . Diego me llevará al restaurante cerca de tu oficina. Vamos para allá, ¿recuerdas? sobre la avenida México. ¡Gracias por llevarme el vestido! Realmente lo necesito, espero que te hayas visto bien con ese tono negro. Con unos buenos accesorios te habrás visto bellísima. 

p.d. Dice Diego que tiene mucha hambre, quizá nos acompañe a desayunar. Allá, vemos eso. Adiós."



Al término de enviar el mensaje, Novalee escuchó que un teléfono en el departamento había sonado. Sin embargo, no dio importancia pues, Diego la estaba apresurando:

-¡Vamos! ¿No que traías mucha prisa? Te espero en el carro.-


Y el hombre guardó algo en el bolso de su pantalón.

Novalee escuchó la alarma del auto así que se apresuró a cerrar el departamento.

Ya en el carro Novalee recibió un mensaje:

"¿Amiga? ¿Por qué no me habías escrito? estaba muy preocupada. ¿Te has sentido bien? 

Bueno, ahorita me cuentas.
¡Ah! por cierto... claro, que te llevo "el vestido que me prestaste". Uy... se me veía lindísimo. ;) 

Voy para allá; para las Acacias, ¿verdad? Allá te veo."


Diego estaba tenso, curioso. Preguntó sobre el mensaje que oyó en el teléfono de su novia.

 -"Es Fer. Me agradece por el vestido. Además me presume... ¡se veía lindísima! Me escribió. Espero que lleve fotos."-

- Bueno, ya que yo ya desayuné y... supongo que tu te quedarás a desayunar. ¿Qué te parece si te dejo y paso por ti en una hora?-

-¿En serio? No te preocupes. Probablemente vayamos de compras. Luego, Fer me puede llevar de regreso a casa.

-¿Vas a estar con ella todo el día? Dime de una vez, así; sirve que le llamo a mi asistente para que vaya a la oficina. Puedo adelantar unos pendientes.-

-Sí, yo creo que sí.-

-¡Ay amor! ¿por qué decidiste ir con ella justo en mi día libre? ¿por qué eres tan egoísta?

-Pero si tú estabas de acuerdo en que...

-Pues lo dije para que no te preocuparas; pero me vas a dejar todo mal...-

De repente un auto interceptó el carril en que ellos iban.

"¡Qué te pasa! ¿Estás ciego?
Fíjate bien por donde andas; 
si no... ¡No manejes! 
Imbécil."

Se hizo el silencio. En unos minutos llegaron a la avenida México. Diego se orilló para que Novalee pudiera bajar.

Ella se despidió y bajó. El bajó también, no podía dejarla sola; hasta que se cercioró de ver a Fer, se fue.

Ya en el restaurante:

-Pues qué pasa Novalee. Porqué los mensajes tan inmediatos; ¿sabías que tuve que dejarle la niña a su papá? ¿estás bien?

-Fer; necesito que me hagas un favor. He tenido recuerdos extraños sobre mi vida en estos últimos días. Hoy amanecí con el recuerdo de un viaje hasta Arabia.-

-Ay amiga; pues quizá tu inconsciente te está queriendo decir algo-.

-El problema, Fer; es que mi pareja no era Diego; era un tal Lucio...-

-Amiga; ¿en serio no recuerdas algo sobre estos días?-

-¡No! No te burles.-

-Bueno, está bien. Entonces, dame la dirección que traías anotada.-

-Aquí está.-

-Bien, vamos a ir de inmediato para aclarar todo esto. ¿Te parece?-

-Sí, claro. Por favor.-

Salieron del lugar con dirección a la agencia. Ya ahí Novalee pudo enterarse que los golpes en el rostro habían sido ocasionados por Diego. Que esa mentira sobre una caída habían sido inventos del hombre; Diego la había dejado inconsciente y comenzó a jugar con su mente para que ella no pudiera recordar. También, con ayuda de Fer; pudo recordar que ese viaje lo había contratado semanas antes; con su aliado número uno: Lucio; y que él la llevaría a un lugar seguro, para que viviera durante unos meses; él se había encargado de conseguir trabajo, y algunos aliados... como la misma Fernanda. Quien le comentó que el otro número anotado en su agenda electrónica era totalmente falso. Ni conocía al remitente.

Entonces Novalee lloró. Además estaba segura de que no volvería al departamento. 

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