martes, 8 de agosto de 2017

Purificación.

...Me gusta la gente simple aunque yo sea complicado.

(Facundo Cabral)


Más que un escrito dedicado a convocar lectores; este texto tiene el objetivo hacia la purificación onírica.

Murió Rius...

Y comienza la nube de humo:

1 de octubre:

Salimos de su casa, entré al auto del primo y comencé a llorar. Es que había visto en su rostro una mirada de ausencia;  lo acompañaba la muerte (yo no sé porque se portó tan amena que le dejó despedirse de sus seres queridos).

El problema inició aquel día. Yo ya sabía lo que pasaría,  excepto por el primo; no me atreví a contarlo a la demás gente. Luego pasaron dos días y su hija me habló; usted se había mudado; ahora las visitas serían en Arandas.

Así que fui.

Yo sé que usted era un hombre atractivo; sin embargo ese día el color blanco no era el idóneo... seguro era porque estaba fuera de temporada (jaja). Sus lentes o quizá mi tristeza evitaron verle nuevamente los ojos. Su linda hermana había estado al pendiente durante las últimas semanas, al vernos la tristeza disminuyó.

Maestro, no sé si esto que está pasando sea similar al via crucis por el que " ...en aquellos tiempos..." usted pasó. Pero por mi poca experiencia, sé que esos últimos días fueron dolorosos.

No voy a negar que lo extraño; sus risas, sus comentarios con sátiras, su increíble capacidad de conocer todo y obviamente: el amor inmortal que tuvo a su mujer. (escribo inmortal porque aún esa energía se pasea por estos caminos).

Gracias a usted tengo fe en que Los Caballeros aún existen. En que Dios se pasea por este adolorido planeta para dar alegría.

Gracias a usted yo creo. Creo en la paz, en la constancia, la sencillez ( o como diría Facundo: La gente simple); creo en que todo es posible con un poquito de valentía y sabiduría.

Gracias por haber sido.

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