miércoles, 21 de marzo de 2018

El Retorno.

¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.

Bequer.

Quien mira hacia afuera, sueña;
quien mira hacia adentro, despierta.

Carl Jung.


Si se calla el cantor; calla la vida.



He decidido programar, planear este resto de vida que me sobra; contigo. 

Viajaré por el mar, las montañas, el desierto, lo incierto, el río y la pradera para volver a ti.

Me encontrarás, te encontraré, juntos nos resolveremos.

¡ADIÓS! gritaremos al fango del zapato, calzaremos algo nuevo.

Cantaremos, luego; un himno nuevo.

"¿Lista para volver señorita?" 

Si es a tu lado, estaré lista para todo lo que venga.

Chamán, mago, jedi; o quizá ¿la evolución kafkiana para la sobrevivencia??? (tú lo dijiste no yo, jaja).

"Al final de la montaña, a punto de desfallecer; llegas. Me ofreces tu mano amiga (sí, sólo amiga) luego me subes a la cima. Y de pronto, vomito todos mis males... vuelvo a mi estado natural monesco y siento que te quiero como aquella vez en la que te conocí; pero tú traías novia. Ahora ya no tienes; pero yo estoy confundida. Has vuelto sólo por amistad, eres un patán. Estoy tremendamente herida, en serio."





Los pies de la procesión se hundían en el lodo, estaban descalzos; podían sentir cada piedra, hierba o planta entre sus dedos. Alrededor protegía una red de ciclistas; al mismo tiempo cargaban con el equipo más pesado: equipo de salud, garrafones, mochilas de primeros auxilios. Todos ellos viajaban, sonreían, guardaban la aventura para el futuro, porque ¿qué es de la vida sin la memoria? 

Los más pequeños corrían, perseguían aves; algunos convalecían, viajaban encima de caballos, vacas. 

Por fin había pasado todo.

La neblina refrescaba el valle, apenas salía el sol. Más la esperanza se le había adelantado, pues en los corazones ya había amanecido.

"¡En promesa de un nuevo lugar, hoy te vamos a honrar!"

Cantaban al unísono los caminantes, llenos de alegría.

Triunfantes.