viernes, 27 de enero de 2017

SUEÑO 01001011


Para Wolfgang, Christian F, Tarik y Fede... todos mis maestros.



Desperté.

No era la primera vez que mi sueño era interrumpido durante aquellas noches de enero. Sentía tanta molestia en el oído. Hasta que desperté: ¡Deja de decirme tantas cosas! Pero no había nada. 
 Me pareció curioso pensar que tantas noticias hubieran mantenido mi mente tranquila durante tanto tiempo hasta aquella vez. Incluso la noche pasada había tenido sueños simbólicos;  sin embargo, mi inconsciente me había permitido dormir todo el letargo que "según los científicos" es correcto.

Esta vez; símbolos, palabras e imágenes llegaban todas al mismo tiempo; sin dar oportunidad a poder mascar una por una: ¡Trump! ¡Bah! ¡Consume lo nacional! ¡Te invitamos a la feria! ¡Odio esa camisa! ¡Viva el sur! ¡Vamos al café! ¿Ya viste esta peli?¡Fuera Peña! ¡Evo Morales! ¡Fuera la corrupción! ¿Que tal la tarifa del transporte? ¡Abajo el América!

De pronto me encontraba en un callejón; el pueblo databa del siglo XIV  en un lugar europeo: calle empedrada, casas de madera, canales laterales por donde corría el agua y los desechos humanos. Ventanales por donde corrían las voces.

Era tarde, todo era soledad y silencio. La gente estaba encerrada, solo si ponías atención podías oír el murmullo de sus voces; pronto llegarían los jinetes que matarían todo lo encontrado a su paso.

Yo decía: ¡Ya ves Profe! Es como la novela de Tolkien.

Luego veía a los hombres asustados detrás de las ventanas.



Pero Christian me decía; No. Esto es algo peor.

Bernardo interrumpió: Pero Mona; estamos en México... estos gritos que se oyen son de La Llorona.

Yo pensé: mmm.. La llorona, como la que llegaba en Mazatlán a invadir mis sueños...

Christian interrumpió: No... la llorona es Morgoth y detrás de él vienen sus jinetes. 

Bernardo rió; luego dijo: ¿Entonces la Llorona es una rubia transexual?

Yo dije: Puede ser maestro. Entonces tendríamos que lo que pudo empezar con un simple chiste infantil; un pato, pues. Se esté convirtiendo en este monstruo cruel; ahora, piense que los otros Nazgûl son los meros jinetes del Apocalipsis.

Bernardo volvió a reír: Ay Mona, tú siempre haciendo referencias místicas. Simplemente todo esto es el resultado de una sociedad corrupta que cree que el éxito es la obtención del dinero o el reconocimiento ante el mismo grupo; una sociedad que ha preferido sacrificar su salud, hogar, o tiempo; simplemente por una silla de oro. Estamos en tiempos de retrogradación; donde ignoramos las nuevas ideas por miedo al desplazamiento. Toda esta mala hierba; destruye nuestro intelecto, sobretodo la capacidad creadora. Pero a pesar de que es mala hierba, seguimos bien cómodos en el padecimiento de vivir alrededor de sus sombras.


-Exacto, pero ¿qué se puede hacer? Digo, si aún es posible hacer algo. 

-Yo creo que es importante que sigas durmiendo.

-Bueno, volviendo a subjetividades más reales, digamos que esos jinetes de los que hablaba antes con el profe Christian son: guerra, hambre, pobreza, corrupción, tráfico de influencias, injusticia, ignorancia, deshumanización, pues. 

De pronto se oyeron los tambores de un desfile...





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