jueves, 4 de abril de 2019

...Adiós a los veinte.


20 minutos.

Qué tan difícil es esperar por ella cinco, diez minutos o inclusive una media hora.

Luis está sentado. 

En el "famoso" café los asientos son incómodos, todos lo saben. Es la típica estrategia: Haces tu encargo y puedes beberlo ahí, acoplarte al mohoso asiento "artesanal";  pero eso impediría que nuevos clientes -como tú- lleguen a sentarse. 

Luis es un pobre asalariado que sólo puede darse el lujo de gastar el poco excedente de sus ingresos en bebidas y libros. Además, ha decidido gastar el tiempo de una tarde para verla; tiene que acoplarse; así, apenas con un mohoso asiento "artesanal". 

Luis se desespera. Ha revisado las actualizaciones de su aplicación durante este tiempo y lo único nuevo son los "feedback" la tendencia del día. Luis cierra el teléfono. Ahora mira alrededor. Nada nuevo; unas señoras conversan en los grandiosos sillones que estaban reservados desde las cinco en punto; aquella pareja de pubertos se sigue disfrutando en la oscuridad, cerca de la esquina para esconderse de los otros. Entonces, Luis abre su libro... no logra concentrarse. Mira otra vez: la vida continúa. Hay gente formada para pedir e irse, no son muchos; pero alcanzan a llegar a la puerta del lugar. Luis mira un vacío en el café, en la entrada, en ese asiento que lo mira de frente.

Luis ha terminado su café. Decidió irse; en serio. Hace quince minutos, su molesto inconsciente le decía que se fuera: "no vale la pena, es una pérdida de tiempo..." Luis al fin pide la cuenta.

En ese instante aparece ella.


20 días.

María está preocupada. Desde su adolescencia ella ha sido muy formal, es decir; nunca ha padecido un retraso. Ahora, ella está en el baño. Nadie lo sabe. Es obvio, ella vive sola. Lo que no es obvio es que su mejor amiga, Alondra, no tenga idea de lo que pasa en la mente de María. Son casi hermanas. ¿Por qué ha decidido guardar esos sentimientos sólo para sí? ¿Será egoísta? ¿O solo una chica más que es incapaz de trasmitir emociones tan simples como la angustia? No se sabe. 

Ni siquiera ella se da cuenta. 

María sigue en el baño. Ha pensado en ir con un especialista. La duda crece cuando las ideas paranoicas le advierten sobre el conocimiento de un tercero "SILENCIO: SE PUEDE DIFUNDIR" eso escucha en su mente. Por ello, prefiere guardarlo en el baño, su habitación, aquellos muros: sus fieles confidentes. 

La mente creativa inicia un plan: irse de la ciudad. Pedir opinión a un ser ajeno. Excelente idea; así nadie de su círculo social se enteraría. 

De pronto llora y parece que todo fluye. El baño se inunda. Luego María duerme, sueña: "...deja que la noche se lleve tus tristezas, mañana te espera un nuevo amanecer..".En los sueños los espíritus traspasan la frontera de la mente.

A las 7 de la mañana, María va a su trabajo. Por segunda ocasión es la empleada del mes en la cafetería; ella se sorprende y todos la felicitan. 

¡Bien hecho María!


20 años... mejor 15.

Yo.

Estoy escribiendo estas letras y confieso que hace quince años no sabía como podría ser el futuro. Sí, el futuro. Un futuro sin ti, claro.

Creo que me ha ido bien. No solo "bien": soy afortunada. Siento ser un árbol, rodeada de este bosque en el desierto (espero que se entienda la figura retórica que uso ...o puedes llamarme incoherente). Sí... lo reitero. En este tiempo en que se vive, el mundo se ha convertido en un desierto: No hay agua; quiero decir: No hay amor. Sólo este grupo de sauces, encinos, fresnos, buganvilias... mi fortuna.

Sí. Soy feliz. 

¡Disculpa! Me fui por la tangente.

Yo.

Desde hace tres semanas que vivo más de lo que dije en mi primera predicción; soy mala profeta. No espero que pienses que no sé tratar sobre duelos o no sé enajenarme de ti. Es un hecho; nunca podré hacerlo. Aunque no existas, eres parte de mi raíz. Eres el ente que se cuela entre mis sueños para abrazarme. Eres mi razón de creer. También; eres sólo un recuerdo.

¿Cuáles fueron las promesas que hice en tu despedida? 

No tengo idea... fueron días amargos.

Siempre fuiste sabio y por ende "sabes" que esas ideas eran de una pobre niña amorfa que se construía a sí misma. Tú, con el infinito entre tus manos has sido mi guía. Tú me has llevado a un camino para conocerla a ella (mi otra raíz). Juntos me han guiado por un camino peligroso, como el viaje de los cuatro hobbits (ja, ja, ja; no podía pasar desapercibido la influencia que SDLA ha tenido en mí). Y he de reconocer que mi otra raíz me ha llevado por caminos de luz y vida. Tú siempre te presentas en mis sombras, me has dado más vida de la que, según yo, esperaba.

Al recordar el valor, el amor y tu vulnerabilidad sé que tu eres magia. TE AMO.

GRACIAS.



Atentamente: Diana.